Llegaron,
sin pena ni gloria.
Llegaron para quedarse,
y pesaron...
tanto que me ahogaba.
Llegaron antes de tiempo,
y aunque la transición se supone no suele durar
aún dura.
Pedí cuentos de buenas noches,
y exigí comprensión sin ni siquiera tenerla yo conmigo misma.
Me justifiqué,
eso si, sin mucho éxito...
Y aunque podía haber sido peor sobreviví.
2 comentarios:
Ahora que han pasado tantos años, quiero decirte una cosa: siempre has sido mi amor platónico. Jamás podré olvidarte, pase lo que pase. Sé que nunca has sido mía, pero yo sí tuyo. Jamás olvidaré la belleza que trajiste a mi vida, esos días por Salamanca son imborrables. Un último secreto antes de irme: yo no rompí tu cosa esa negra del pelo, fue un accidente, pero tú sí que rompiste mi corazón con el catalán ese de mierda.
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