Erase una mujer a un teclado pegada. Soy promiscua de creencias, cada día creo en lo que mejor se adapte a mis circunstancias. Soy un punto y aparte en un texto en blanco. Soy en definitiva la que decide escribir aquí.
Me acordé de ti. Hoy. No se porqué. Pero te me apareciste en la memoria. Y recordé lo bonitos que éramos los dos, juntos. Y pensé, y repensé. Que perdí la poca cordura que tenía entonces. Dejé de ser yo. y eso hizo que dejáramos de ser los dos.