Erase una mujer a un teclado pegada. Soy promiscua de creencias, cada día creo en lo que mejor se adapte a mis circunstancias. Soy un punto y aparte en un texto en blanco. Soy en definitiva la que decide escribir aquí.
Con ideas rotas. Con pensamientos suicidas. Con voces que me llaman a lo oscuro. Con temperaturas heladoras que no heladas. Con calor entre mis piernas.