Erase una mujer a un teclado pegada. Soy promiscua de creencias, cada día creo en lo que mejor se adapte a mis circunstancias. Soy un punto y aparte en un texto en blanco. Soy en definitiva la que decide escribir aquí.
Quizás el problema era y es que nunca decía lo que sentía. Que dejaba que los sentimientos se desbordasen y explotasen contaminando todo. Tanto buenos como malos. Quizás el problema era y es que es todo tan sumamente (jodidamente) simple que se convierte él solo en complicado.