Erase una mujer a un teclado pegada. Soy promiscua de creencias, cada día creo en lo que mejor se adapte a mis circunstancias. Soy un punto y aparte en un texto en blanco. Soy en definitiva la que decide escribir aquí.
jueves, 8 de diciembre de 2016
Llegaron, sin pena ni gloria. Llegaron para quedarse, y pesaron... tanto que me ahogaba. Llegaron antes de tiempo, y aunque la transición se supone no suele durar aún dura. Pedí cuentos de buenas noches, y exigí comprensión sin ni siquiera tenerla yo conmigo misma. Me justifiqué, eso si, sin mucho éxito... Y aunque podía haber sido peor sobreviví.
Ahora que han pasado tantos años, quiero decirte una cosa: siempre has sido mi amor platónico. Jamás podré olvidarte, pase lo que pase. Sé que nunca has sido mía, pero yo sí tuyo. Jamás olvidaré la belleza que trajiste a mi vida, esos días por Salamanca son imborrables. Un último secreto antes de irme: yo no rompí tu cosa esa negra del pelo, fue un accidente, pero tú sí que rompiste mi corazón con el catalán ese de mierda.
2 comentarios:
Ahora que han pasado tantos años, quiero decirte una cosa: siempre has sido mi amor platónico. Jamás podré olvidarte, pase lo que pase. Sé que nunca has sido mía, pero yo sí tuyo. Jamás olvidaré la belleza que trajiste a mi vida, esos días por Salamanca son imborrables. Un último secreto antes de irme: yo no rompí tu cosa esa negra del pelo, fue un accidente, pero tú sí que rompiste mi corazón con el catalán ese de mierda.
Publicar un comentario